Gorom- Gorom: “El mercado del fin del mundo”

Por: Enrique Vaquerizo (texto y fotos)
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[tab: el viaje]

“ Un grand marché l´un  des plus fascinants du Sahel, Fauleux ¡ Palette extra d´ethnies et de cotumes…. Con los ojos aún brillantes, dejo caer el mosquitero  y cierro mi Guide du Routard suspendida como una promesa sobre ese último  párrafo. Generalmente me acerco a las guías de viaje entre el escepticismo y la fascinación. En mi larga historia de encuentros y desencuentros con ellas se suceden los desencantos, las maldiciones, los desacuerdos y también de vez en cuando es justo reconocerlo, los hallazgos impagables.

Viajar sin leer una guía es como acudir a ver una película sin conocer el argumento, desnudo, sin referencias, expuesto a la sorpresa y al asombro. Sin embargo ¡Qué placer hay en leer un viaje antes de realizarlo! Dejarte embaucar por palabras sensuales, por las promesas de charlatanes que avivan aún más nuestras ganas de conocer los lugares que hemos  soñado!. Leer antes de viajar casi siempre es viajar dos veces. “L´un des plus fascinants du Sahel”… ¡Hoy creo no podré dormir! En la duermevela dos palabras me rondan como fantasmas “Gorom-Gorom”.  La próxima etapa de mi vagabundeo africano, será uno de los rincones más perdidos de África, en las entrañas del Sahel.

La próxima etapa de mi vagabundeo africano, será uno de los rincones más perdidos de África, en las entrañas del Sahel

Gorom-Gorom, quiere decir “Sientate, vamos a sentarnos”. Hospitalario hasta en el nombre, se encuentra situado al Norte de Burkina Faso, incrustado entre las estribaciones desérticas de Níger y Mali. Es un territorio olvidado, lunar, reseco, en ocasiones casi irreal. El paisaje desfila uniforme; Dunas, algunos matojos, la maraña espinosa de las acacias, una  monotonía sólo rota en ocasiones por la grandeza solitaria de algún baobab. Llevo un par de días peregrinando por el Sahel, de pueblecito en pueblecito;  Kaya, Bani, Dori, Marcoy, siempre hacia el Norte. A medida que la vegetación empequeñece, raquítica , reducida la mínima expresión, los rostros florecen en un estallido de diversidad exuberante, salvajes y orgullosos.

Aún incrédulo media hora después hago de paquete en su moto  vestido a la manera  tuareg

Estoy en Dori y hacia Gorom-Gorom, sólo sale un camión en toda la semana.¡Ya está repleto!Habrá que buscarse la vida. En África uno desespera, alumbra esperanzas, asimila negativas, vuelve a desesperarse…Para comprobar como todo encuentra una solución simple justo cuando el árbitro está a punto de pitar el final del partido. -¡Tengo una moto, Podemos ir en ella! Me dice triunfante Camel, ¡Haberlo dicho antes, creí que querías ir en camión! se ríe con toda naturalidad. Aún incrédulo media hora después hago de paquete en su moto  vestido a la manera  tuareg.

Rodamos a toda velocidad, atravesando la polvareda.  Entre las rendijas de mi turbante, apenas adivino apariciones fantasmales entre el polvo. Camellos desperdigados, carretillas de burros manejadas por chiquillos, mujeres que hacen equilibrios para transportar en la cabeza las exiguas mercancías que ofrecerán en el mercado.

Es imposible entender el Sahel sin sus mercados. El afán comercial es el autentico diapasón que regula  la vida aquí. Sus nómadas se mueven en función de ellos. El lunes a Marcoy, el martes a Orsy, el miércoles a Gorom-Gorom.., así la región entera se desplaza en un peregrinar incesante y reglado donde en ocasiones se recorren cincuenta kilómetros o más con sólo un puñado de tomates para vender. Hoy es miércoles, y los nómadas se aferran a la carretera y hacen frente a la polvareda  dirigiéndose en un tortuoso goteo hacia  Gorom-Gorom, el mercado más septentrional de Burkina Faso, la última frontera antes de Níger y las fauces del desierto.

A mitad de camino una patrulla de policía nos da el alto. Desde mi llegada a África un espectro me ha perseguido tenaz,  la sombra de Al –Quaeda y el miedo al secuestro

A mitad de camino una patrulla de policía nos da el alto. Desde mi llegada a África un espectro me ha perseguido tenaz,  la sombra de Al –Quaeda y el miedo al secuestro. La presencia del estado en esta región es raquítica, casi insignificante. Para sus  habitantes, los terroristas son una leyenda, un desvarío de blancos, una conspiración retorcida de Sarkozy para acabar con su turismo. Nadie ha visto realmente a “los barbudos de Aqmi”. Sin embargo a mi llegada  a Níger dos franceses han sido secuestrados en pleno centro de la capital Niamey, en el mismo lugar donde apenas unas horas antes disfrutaba una cerveza. 24 horas y un intento de rescate después los dos cuerpos yacen calcinados en el desierto. La Embajada de España desaconsejan la zona, la ausencia de turistas  y los cantos de sirena dela Guide du routard son más fuertes. La Policía me ordena que me quite el turbante, les parezco sospechoso, inspeccionan mi pasaporte y me preguntan porque me visto como los de Al-Quaeda; les respondo que para esconderme de ellos. Estupefacto  el policía me mira, sospecho que ninguno de los dos sabemos realmente cual es la moda otoño-invierno del terrorista islámico  medio. -“Si yo fuese terrorista y te viese así vestido te cogería sin dudarlo” -me dice. Aplastante lógica africana.

“Si yo fuese terrorista y te viese así vestido te cogería sin dudarlo” -me dice. Aplastante lógica africana

Dos horas de trayecto después, cuando Tamel y yo somos apenas una partícula de polvo rodante y la tierra burbujea  a más de cuarenta y cinco grados, el horizonte se eriza y una ciudad parece surgir de las mismas entrañas de la tierra . El color pardo de un laberinto de casas de adobe nos da la bienvenida, hemos llegado a Gorom-Gorom. A simple vista parece un villorrio desconsolado más de los muchos que existen diseminados por el  Sahel. Sin embargo en el laberinto de sus callejuelas, se encuentra …¡Babilonia!

Ni en  cualquier otro mercado africano, la India o los espectaculares mercados aimaras he podido contemplar ese estallido de color y de vida. Parece que se han congregado todos los nómadas del Sahel con sus mejores galas:  Songays, peuls, mossys, bellas… todos entremezclados en un collage étnico indescriptible. Más de un millar de lenguas parecen resonar en los destartalados  confines de esta Babel Africana, los simples tenderetes de madera se ven de vez en cuando desbordados por la piara de camellos que conduce algún tuareg orgulloso, mientras descarga su fusta sobre el personal para abrirse paso.  Los bellas o tuaregs de raza negra a pesar de  abolirse la servidumbre hace años continúan en la práctica siguiendo las indicaciones de su señor. Las mujeres lucen espectaculares tatuajes de gena, enfundadas en telas multicolores que contrastan con la tristeza del paisaje. ¡De repente me encuentro sumergido en plena Edad Media!

Las mujeres lucen espectaculares tatuajes de gena, enfundadas en telas multicolores que contrastan con la tristeza del paisaje. ¡De repente me encuentro sumergido en plena Edad Media!

Y en los tenderetes…Hojas de baobab, cacahuetes, dátiles, batidos de jengibre, cualquier  atisbo de nutriente que se le haya podido robar al desierto. Todo puede ser comible, aprovechable y sobre todo vendible. La verdadera África late aquí al ritmo  de sus ceremonias,  de  sus saludos interminables, sus tés llameantes al calor del Sahel, al ritmo de sus mercados. La verdadera África late en Gorom-Gorom.

Paso toda la mañana recorriendo como un autómata sus puestecillos. En ese intervalo de tiempo tan sólo encuentro  dos blancos. Una pareja de mochileros alemanes con los que apenas cruzo una mirada de asombro,  un guiño cómplice entre occidentales para asegurarnos de que  no estamos soñando. Algunos nómadas nos preguntan risueños si no tenemos miedo a que nos secuestren “los barbudos”. Yo no se si tengo miedo, pero sospecho que aquí podría esconderse hasta el mismísimo Bin Laden.

Le pregunto a uno de ellos de barba corsaria como se las apañan para juntar piaras tan grandes de vacas entre los rigores del desierto. ¡Es fácil, las robamos!

La tarde transcurre apacible. En el corral de ganado del mercado unos tuaregs nos invitan a un té. Le pregunto a uno de ellos de barba corsaria como se las apañan para juntar piaras tan grandes de vacas entre los rigores del desierto. ¡Es fácil, las robamos! Tamel me asegura que Yusufi, (así se llama mi interlocutor) y su familia son uno de los ladrones de ganado más reputados de esta parte del Sahel. Alzo el té ardiente en su honor y Yusufi me sonríe complacido. Me cuenta que uno de sus hijos llegó a vivir en Philadelphia casado con una chica americana, contemplo al chico  que no llega a los treinta años. No recuerda una palabra de inglés. ¿Qué te pareció Philadelphia le pregunto? -¡Frío! responde.

Se pone el sol y el hormiguero de tenderetes desaparece como por encantamiento, Yusufi  y su familia reordenan sus rebaños -“Cuidate de los “barbudos “- me despide con una sonrisa atusándose la perilla. La gran caravana multicolor vuelve a ponerse en marcha, los nómadas emprenden  trabajosamente  la ruta  tantas veces repetida, a caballo, en burro, o a pie. El lunes a Orsy, el Martes a Marcoy, el Miércoles a Gorom-Gorom….., así hasta que el dragón de la globalización, la sequía o las guerras acaben con su forma de vida, Así, repitiendo una historia que ni la mejor guía del mundo podrá reflejar.  La  historia de este rincón del fin del mundo.

[tab: Datos prácticos]
Como llegar: Suele haber tres autobuses semanales con SOGEBAF desde la vecina Dori , aunque estafrecuencia no suele ser exacta.
Donde Dormir: Existe tan sólo un albergue decente en el pueblo. L´Auberge populaire , cuesta unos 8 euros por la habitación doble.
Donde Comer: Suele haber restaurantes populares alrededor del mercado, aconsejable el del centro artesanal femenino, platos burkinabeses, a base de arroz, pollo y cordero. Excelente la Brakina helada (la mejor cerveza del país).
En los alrededores: La mina de oro de d´Isskane, posibilidad de hacer excursiones de un par de días en camello o seguir hasta Oursy, oasis en pleno desierto de gran valor ornitológico.

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Comentarios (3)

  • Nacho Melero

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    ¡TREPIDANTE! el riesgo de Al-Qaeda no es broma, y aún así venciste la barrera. Con relatos así conseguiremos que esta página de viajeros enamorados de este mundo triunfe. Enhorabuena.

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  • Lydia

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    No pierdes el sentido del humor ni para contar situaciones tensas, como lo de :»ninguno de los dos sabemos realmente cual es la moda otoño-invierno del terrorista islámico medio».
    Un relato estupendo en el que una vez más nos transportas contigo.

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