Pescando entre hipopótamos

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Salieron a pescar cualquier cosa que cayese en sus redes: pequeños pececillos de río, cangrejos, hipopótamos… La incertidumbre forma parte del desayuno en esta región de Zambia y aquella mañana nosotros fuimos invitados al festín.

Llevábamos varios días buscando las poblaciones asentadas en los ríos salvajes de África. Queríamos retratar estos pueblos, buscar su historia más allá de las reservas naturales. El parque de Luangwa es uno de los más concurridos del país y un río delimita su territorio, pero ni los elefantes ni los búfalos ni los hipopótamos saben de fronteras.

Así que nos dirigimos a la otra orilla, a esa que ya no pertenece al parque, la orilla donde no hay turistas apuntando cocodrilos, sino niños que deben enfrentarse a ellos. Allí hay una realidad sin postales, sin cremas de protección solar, sin botas de marca. Esa realidad se llama Mukasanga.

Nos había recibido el príncipe de los nawa, el líder de una etnia acostumbrada a esquivar la embestida de los animales. Estábamos cómodos entre esos hombres sonrientes, entre esas mujeres que barrían las puertas de sus chozas dignificando una pobreza limpia de hojas, entre los niños que correteaban junto a nuestras cámaras con la misma inconsciencia con la que remaban horas después hacia una manada de hipopótamos. En la aldea de Mukasanga era tan natural la emboscada del río, tan extrema la rutina de los nawa, que uno no sabía cómo interpretar esa broma siniestra que mezcla niños e hipopótamos.

Era tan natural la emboscada del río, tan extrema la rutina de los nawa, que uno no sabía cómo interpretar esa broma siniestra que mezcla niños e hipopótamos.

Un tronco hueco hacía de canoa, un palo de remo y una red mil veces remendada de un futuro efímero: alimentar a los tuyos una jornada más. Todo se hace con calma en el río Luangwa, nadie tiene prisa, a nadie se le ocurre hablar allí. La estrategia es sencilla: hay que sortear las cabezotas de los hipopótamos para alcanzar la red e intuir la presencia sumergida de los ejemplares que uno no ve.

El hipopótamo es uno de los animales más peligrosos del mundo. Su condición de herbívoro no lo hace más amigable. Es territorial y desconfiado, con unos colmillos capaces de atravesar las escamas de un caimán, una mandíbula poderosas y una gran destreza dentro del agua. Pero afuera, en tierra firme, este animal gordinflón y con cara afable, puede alcanzar los 40 kilómetros por hora si se propone acabar con el intruso.

Al vigilar la mirada de los hipopótamos, muchos nawa se olvidan de los cocodrilos que habitan las mismas aguas, ahí abajo, en alguna parte. En el poblado muere un ser humano casi todos los años por el ataque de las bestias. Aquí el hombre se topa con la naturaleza sin más explicaciones: elefantes que enloquecen, leones viejos hartos de ser burlados por las gacelas, búfalos con miedo, pesadillas reales, violencia salvaje, garras, colmillos, mordiscos… muerte.

En Mukasanga conocimos a Chibulu, un adolescente que todos los días arrastra su pierna ortopédica hasta la escuela. Un día cualquiera de un mes de lluvias, tuvo que cruzar un camino inundado, con sus libros en la cabeza, sus pies tentando la suerte y su corazón encogido por el agua y por el miedo. Una fila de dientes le arrancó la pierna como quien arranca un sueño de juventud. El cocodrilo le dejó mermado un futuro ya de por sí complicado en esta región de Zambia. Pero Chibulu vivió y aquí nadie parece darse cuenta, porque todo sigue igual.

Las viudas siguen llorando a sus pescadores que apenas vieron una boca abalanzándose a la canoa, lloran a los hijos que jugaron en un bosque lleno de rugidos. Pero cada tarde los habitantes de Mukasanga sacan sus tambores y se ríen a carcajadas por un nuevo regate al destino y llenan de peces las cazuela y bailan mientras se pone el sol porque están vivos. Mañana volverán a pescar en un río infestado de hipopótamos.

En la otra orilla, los turistas sonríen haciendo fotos a las bestias.

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Comentarios (10)

  • Rosa

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    Daniel, si la serie «Un Mundo Aparte» me entusiasma, tus relatos me fascinan. Es como volverla a ver desde otra perspectiva diferente, compartiendo vivencias que, quizás, sea lo que mas acerca a esos lugares tan remotos y relatar lo vivido puede que sea lo mas atractivo para muchos de nosotros. Desde luego tus vivencias deben ser inolvidables para ti y por eso te agradezco que quieras compartirlas.
    En estas cortas imágenes y tus palabras como presentación se aprecia una gran sensibilidad, que supongo, es mas difícil transmitir en la serie por diversos motivos.
    Me gustaría que transmitieras a tus compañeros, Alfonso y Jose Luis, mis felicitaciones tambien por su trabajo.
    Siendo palpable la calidad de vuestro trabajo es bastante deplorable que precisamente nuestro país haya sido el ultimo en emitirla (al menos la esta reponiendo, ¿Será por esta crisis? Algo que agradecer a la situación económica).
    Os animo para que volváis con proyectos nuevos.
    No conocía esta pagina pero desde que la he descubierto paso unos agradables momentos mientras la recorro.
    Y encima eres de Palencia… Con lo que me gusta a mi el románico… Me tienes n’amora!!!

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  • Daniel Landa

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    Me has conseguido ruborizar, Rosa. Desde luego haré extensibles esas palabras tan generosas sobre la serie a José Luis y Alfonso. Sobre esta página sólo te puedo dar la bienvenida, se trata de compartir retazos del mundo, vivencias, nostalgias de otros lados.

    Sobre lo de las televisiones, la crisis y demás… que pena ¿no? mejor hablemos de sitios bonitos… como Palencia!!! Así que te gusta e románico y la serie y los relatos… cásate conmigo!!

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  • Iria Costa

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    Rosa, le has conquistado mira a ver…:) yo soy de Salamanca, ¿será que a los de Castilla nos gusta viajar? 😀

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  • Rosa

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    Uyyyy… No esperaba yo una proposición tan interesante Daniel… Acepto, acepto (jejejeje). Si ya consigues de tu mano televisiva y virtual transportarme a lugares maravillosos… Imagínate si me la das de verdad!!! 😉

    De todos los viajes que he realizado por nuestra península tu provincia es de las que más me ha gustado con respecto al románico, sin desconsiderar ningún otro lugar, sobre todo por el gran número de pequeñas iglesias rurales tan desconocidas y atractivas. A veces lo más pequeño resulta ser lo más grande.

    Iria… Intentaré seguir manteniendo la conquista. Salamanca también es preciosa, y no me refiero precisamente a la capital (que lo es), sino a todos esos pequeños pueblos que habitualmente no son tan visitados. Aunque viviendo en Madrid desde hace mucho tiempo soy nacida en un pueblo y me inclino más hacia las zonas rurales. No sé… como que me seducen.

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  • Sonia García Gómez

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    Felicidades por todos los relatos y vídeos tenaces, con un lenguaje e imagen que te sumergen en el contexto y te hace conocer y a la misma vez soñar. Gracias por mantener vivo en tus seguidores las ganas de seguir aprendiendo, disfrutando y ensoñando. Sigue, no pares!

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  • Lydia Peiró

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    Hola Daniel.
    Ante todo quiero decirte que comparto todo lo que dice Rosa, aunque Palencia es una provincia que tengo pendiente de visitar, entre otras cosas, porque me interesa mucho el románico.
    Ha sido una gran alegría descubrir esta página.
    No me he perdido ni uno solo de los reportajes. Vuestros viajes son completamente diferentes a los que podemos ver en otros programas y el enfoque, también. Por eso me apasionan.
    Soy maestra en un colegio rural, aunque varios de mis alumnos proceden de ciudades más grandes que se han trasladado al pueblo.
    Tienen entre 10 y 12 años

    Cuando vi la entrevista a Chibulu, pensé inmediatamente en algunos de ellos. Creo que les vendría muy bien verla. Te agradecería enormemente (si es posible) que la colgaras en la página. En realidad, deberían ver muchas más cosas de vuestros viajes, pero esa entrevista especialmente, me brindaría la posibilidad de reflexionar y debatir con ellos.
    También he observado el cariño con el que los tratas siempre y me encanta.
    Reitero las felicitaciones por el programa y ojalá podáis hacer otra tanda de viajes con esa mirada vuestra tan especial.

    Muchas gracias por habernos mostrado lugares, personas, etc., que probablemente nunca hubiéramos visto.

    Un saludo

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  • Daniel Landa

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    Lidia. Te agradezco el interés y entiendo el ejemplo que puede ser un chico como Chibulu para los niños. Si te parece podemos valorar opciones para hacer llegar esa entrevista. Escribe al correo de VaP y te respondo. Un saludo y gracias por esas palabras tan amables. Y sí, Palencia os está esperando!

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  • Daniel Landa

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    ¡Gracias Isaac, me ha encantado tu página!

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  • arte pun

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    Daniel, gracias por la serie y tus relatos, son una ventana abierta a la aventura y al conocimiento, ese que es tan difícil enseñar y por ende aprender. Felicidades a todo el equipo.

    Saludos

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