Un bosque de sangre en Madagascar

Por: VaP
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-Este sábado voy a organizar una comida en nuestra casa, ¿qué te parece? –le pregunté a César entusiasmada con la idea.

-¡Voy a poner en práctica mis conocimientos de cocina Hindu!

-Me parece una excelente idea, ¿a quién piensas invitar?

-A Gerard y a Shalima

La comida sería un sábado así que el viernes acudí al mercado acompañada de Román a comprar todo lo necesario. Era época de lluvias y la carretera desde la casa hasta el mercado era un tremendo barrizal. Yo conducía mi viejo coche el cual se quedó hundido en el barro un par de veces y Román tuvo que bajarse a empujar. Además el motor se calaba cada dos por tres.

Había pensado preparar cordero al curry por lo que fui en busca de jengibre fresco, polvo de turmeric y coriander, chiles rojos, garam masala, tomates, cebollas, limones y cilantro fresco.

Aquella mañana el mercado estaba especialmente bullicioso y colorido. Sentí el penetrante olor de las especias, ordenadamente colocadas en forma de cono, sobre grandes cestos colocados en fila. Un indio gordinflón y sonriente me sirvió generosas cantidades en pedazos de periódico.

Elegimos dos hermosos trozos de jengibre.

Olisqueamos las dulces hojas del verde cilantro y las piñas hasta encontrar las más jugosas y dulces.

Pedí a Charline que fuera en busca de un cordero recién sacrificado. Tardó más de dos horas pero volvió con el animal todavía caliente, despellejado y envuelto en telas.

Pasamos buena parte de la tarde cortando el hermoso animal y preparando la salsa. Una vez terminada ésta, la vertimos sobre la carne y la dejamos macerar hasta el día siguiente.

Esa noche volvieron mis sueños alterados y me desperté a una imprudente hora de la madrugada empapada en sudor. Sentada en la cama no conseguía recordar con exactitud qué era lo que me había llevado a ese estado, pero algunas imágenes venían a mí de forma borrosa. Pedazos de animal ensangrentados se mezclaban de alguna forma con el reflejo brillante y aceitoso de una piedra luminosa bailando en la manita sucia y oscura de un muchacho africano. De pronto la piedra, un granate muy oscuro, se deshacía en su palma y un hilo de sangre corría por su mano. Caían espesas gotas de esa sangre azulada al suelo arenoso, por el cual también había esparcidas cabezas degolladas de cordero, patas con los huesos aún sobresalientes, dientes y ojos de animal… Yo tenía un pavor horrible, el muchacho no paraba de acercarse a mí con su manita ensangrentada y yo buscaba el granate por el suelo, con una desesperación enfermiza, sudando, horrorizada…cuando desperté.

Miré a Cesar, que dormía a mi lado profundamente.

Era verano y época de ciclones. Fuera el viento rugía y vapuleaba las ventanas y los árboles. Escuché la metralla de la lluvia en las tejas. Me levanté sin hacer demasiado ruido. Bajé una planta y me senté en la oscuridad en una zona cubierta de la terraza. A pesar de la lluvia y el viento la noche era especialmente caliente, pensé que quizás había sido ese intenso calor el que me había producido las pesadillas.

El jardín estaba lleno de fantasmas y sombras. Había algo ecléctico en el espacio. El calor, el agua, los susurros del viento, era como si todo se hubiese confabulado para crear un embrujo nocturno y las hadas, brujas y duendes de mi jardín estuvieran danzando a mi alrededor. Intenté escuchar el silencio.
Al oír mis pasos, Noel, el guarda que aquella noche velaba mi casa y que con frecuencia dormía sobre la hierba, apareció de entre la oscuridad de la noche y la lluvia y se acercó a mí para preguntar si todo estaba bien. Le contesté que sí y se alejó sigilosamente con una linterna en las manos, respetando mi momento de privacidad.

Al rato conseguí ahuyentar los malos pensamientos y comencé a pensar en la reunión del día siguiente.

«Un bosque de sangre en Madagascar», Mayte Toca. Editorial Círculo Rojo 2012. Si estás interesado en adquirir un ejemplar dirígete a: info@editorialcirculorojo.com.

 

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Comentarios (6)

  • Juan Antonio Portillo

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    Te deseo toda la suerte del mundo en tu primera incursión literaria¡¡¡¡¡¡

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  • ricardo coarasa

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    La novela tiene ritmo y deja traslucir todo tu amor por Madagascar, que has ido desgranando en tus reportajes en VaP. Ojalá tenga la difusión que merece y, si no es así, al menos te has dado el gustazo de contar lo que querías contar, lo cual siempre es un desahogo. ¡Mucha suerte Mayte!

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  • Iria Costa

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    Como siempre enamoráis con vuestros reportajes y la maravilla del mundo, de cada pequeño rinconcito inexplorado y que abrís al mundo.
    Seguid así, sois muy grandes 🙂
    Iria.

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  • María Regla Prieto

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    Enhorabuena, Mayte.
    Estoy deseando leerme este libro, que tan buena impresión me ha causado.
    Muchísima suerte en tu primera incursión literaria.

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  • Susan Reed

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    It evokes memories I’d like to have and flavours I’d like to experience! Mayte, its great…congratulations!

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  • Skiming

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    He tenido la suerte de viajar a Madagascar, y creo que este libro ofrece la oportunidad para aquellos que no lo hayan hecho, de poder familiarizarse con este sorprendente pais, a traves del día a día de su protagonista. Es mucho más interesante que una guia de viajes al uso.

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