El artículo que no pasó la censura

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Colaboro con varios medios de comunicación además de El Mundo en África, algunos de forma muy esporádica. En estos tres años de corresponsalía por aquellas tierras siempre había dicho que vivía en una isla en mi profesión: nunca me han dado una directriz, ni nunca me han cambiado una coma de mis textos. Todo un lujo en un oficio donde los aduladores del papo me hicieron entre otras cosas retirarme a tierras lejanas, harto de ver como los “dóciles” ascienden a la cumbre bajo el indiscutible mérito de firmarse, si lo pide el jefe de turno, las informaciones con el nombre de idiota y su apellido después. Todo por un puesto en las reuniones de mandamases donde se ponen titulares y luego se encajan historias.

Me dijeron que teníamos intereses en Angola y que lo tratara con cariño, nada de corrupción

Sin embargo, por primera vez la semana pasada uno de esos medios me encargó un artículo que no pasó el corte de la «censura». Se me dijo, cuando entregué el texto, que teníamos intereses en Angola y que lo tratara con cariño, nada de corrupción (literal). Me negué a cambiar nada, a reescribir y endulzar una historia que probablemente ya se quedaba corta y que representa todo lo que desprecio.¿Cómo hablar de ese personaje sin explicarlo? ¿Cómo hablar de su riqueza sin mencionar su basura? No hay más, ni quiero extenderme más por respeto a algunos profesionales que hacen allí un trabajo honrado y bueno.

Y como tengo la suerte de tener una revista que es mía en la que hasta nos negamos a escribir reportajes publicitarios de sitios en los que no hayamos estado o no nos hayan gustado, pues he decidido colgarlo en este rincón. Por pena y por rabia, la de saber que siempre nos espera a los periodistas esa reunión, sms o llamada en la que al otro lado te dicen sin rubor que mientas, que alguien pretende regar sus macetas con Amarula. Disculpar que hoy no hablo de viajes, hoy hablo un poco de África y de mi estómago.  Ahí va el texto, tal y como lo mandé, que no se publicó.

Isabel dos Santos: la millonaria del basurero

En la miserable y riquísima Angola el dinero llueve con la misma fuerza con la que la lluvia cae del cielo para arrasar la vida de millones de personas que viven hacinadas en un basurero. Un enorme basurero que rodea la más obscena opulencia africana, la de un país al que el petróleo y los diamantes han convertido en tierra de las oportunidades para elegidos. Especialmente para una clase dirigente que moja ostras en el primer café de la mañana.

Y entre todas esas figuras sobresale una por su esplendor y belleza, la primogénita del eterno presidente del país, José Eduardo dos Santos, que tiene el honor de ser calificada por la revista Forbes como la primera mujer africana multimillonaria. Isabel dos Santos, afable, simpática y de educación exquisita labrada en los mejores colegios de Londres tiene una fortuna valorada en más de 1000 millones de dólares, según el magazine especializado en prensa verde del dólar.
Dicen, los que tienen la suerte de compartir mantel de lino con ella, que es tan reservada como inteligente. Su mixtura es cosa genética. Su madre, la azerbaiyana Tatiana Kukanova, primera esposa del presidente angoleño, se la llevó  pronto a la City londinense, donde se han preparado buena parte de los “libertadores” africanos que regresan en asiento de primera reclamando tierras e independencia, y allí cursó estudios de gestión económica e ingeniería.

Su boda en 2003, en Luanda, es aún recordada por los fanáticos del caviar servido en bandejas de mármol

Fue allí también donde conoció a su actual marido, el millonario congolés Sindika Dokolo. Su boda en 2003, en Luanda, es aún recordada por los fanáticos del caviar servido en bandejas de mármol. Más de 1.000 invitados y un escándalo de Jets privados que aterrizaban provenientes de todos los rincones del planeta para homenajear el  nuevo imperio.
Ella, de la que hablan que es fría e implacable para los negocios, atesora un amasijo de empresas y negocios involucrados en todos los grandes sectores económicos. Hoy es casi una figura redentora del pasado, ya que la vieja colonia portuguesa alardea ahora de haberse emancipado con cierto éxito de su padrastro. Su holding es dueño del Banco Portugués de Negocios (BPN) y el principal accionista del grupo ZON Multimedia, la mayor empresa de televisión por cable portuguesa.

En Angola, sus lucrativos negocios van desde la banca, sector alimentario y telecomunicaciones, al controvertido mercado de los diamantes. Aunque quizá, como perfecta metáfora de su éxito, basta con recordar sus inicios. “Su primer negocio le fue adjudicado de manera inmediata a una empresa que ella fundó, Urbana 2000. De un momento para otro, le fue retirada a la Empresa Estatal de Limpieza y Saneamiento de Luanda (Elisal) la licencia de la recogida de basura, que pasó a ser controlada por ella”, explica el periodista luso Miguel Rivero.

Hoy Isabel es un símbolo, un espejo del fácil éxito en el que miran sus conciudadanos. Como aquel taxista angoleño que llevaba cinco años en Sudáfrica y me anunció sin temblarle la voz: “Me vuelvo a Angola”. “¿A hacer el qué?”. “Seré millonario, como todo el mundo en mi país. Ahora allí es fácil hacerse rico”, contestó decidido mientras conducía un coche viejo y podrido en medio de la noche.

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Comentarios (18)

  • ricardo coarasa

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    Valiente como siempre, Javier. Espero que al tipo/tipa de la llamada, sms o reunión se le revuelvan las entrañas al leer esto y recuerde, aunque sólo sea unos segundos, ese día lejano en el que soñó con ser periodista. Supongo que no se imaginaría dando órdenes de ese tipo. Y eso con intereses ¡en Angola! Imagínate los intereses de por aquí. En el último número de la revista «Periodistas» hay una entrevista a nuestro buen amigo Javier Reverte que os recomiendo a todos. Habláis/hablamos de lo mismo.

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  • Daniel Landa

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    Me alegra colaborar en una revista que grita verdades, sin mordazas. Bravo por este artículo, Brandoli. El periodista que aspira a contar realidades, escándalos como éste, siempre acaba encontrando un medio sin censuras, hoy lo llamaremos Viajes al Pasado.

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  • Adalberto Macondo

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    Felicitaciones por tu decisión, es casi un insulto que después de vivir todas los sentimientos que provocan esta clase de injusticias, que deben ser denunciadas. Venga un fulano en una oficina a decirte que hay que «ablandarlo» para no tener problemas de intereses.

    Bravo Javier y bravo VaP sin duda la mejor revista de viajes de habla hispana

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  • David

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    Enhorabuena Brandoli, sigue luchando por un periodismo libre, que sea capaz de denunciar y engrandecer el derecho a la información. Un abrazo,
    David García.

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  • Javier Brandoli

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    Muchas gracias a los cuatro. Algunos de los que habéis comentado este post sois periodistas a los que admiro. Y uno, uno de mis primeros jefes en esta profesión del que aprendí a respetarla.
    Abrazo

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  • Lydia

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    Gracias por publicar aquí tu artículo. Un periodista debe contar la verdad y te honra haberte negado a retocar nada.
    ¡Menos mal que tenemos VAP!
    Me pregunto si esto pasa con Angola, qué pasará con otros asuntos.

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  • Gloria

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    Bien hecho por «Viajes al pasado»! Me parece perfecto. No solo hay que viajar al estilo «fantasía de un europeo» Hay que saber donde te dejas el dinero y a quien estas beneficiando realmente.
    Y gracias Brandoli, por ser valiente y seguir hasta el fondo con tu verdad por delante.

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  • Rosa Estévez

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    Enhorabuena Brandoli!. Brindo por tu coraje y tu interesante historia. No trabajaremos en periódicos, pero somos (y me sumo contigo) periodistas. Un beso grande y, por favor, no dejes de escribir porque hay mucha gente como yo a la que le encanta leerte; el único consuelo para quienes no podemos ni viajar ni escribir. Un beso grande

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  • Juan Antonio Portillo

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    Sí señor, transmitir y denunciar ante todos la verdad. La pura verdad. Sin miedos, sin recortes, sin remilgos, sin manipulación. Esa es tu esencia, Javier. Y espero que jamás cambies en este sentido.

    ¡¡¡¡ Enhorabuena!!!!!!

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  • Javier Brandoli

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    Gracias de nuevo. No hice nada que no hagan algunos compañeros, Entre otros, con los que comparto esta aventura de VaP.

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  • Gemma

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    Para mí, viajar siempre ha sido conocer, sentir y compartir, tus artículos están hechos desde el alma (si existe) por mediación de Rosa Estévez me he convertido en una incondicional seguidora. Mi enhorabuena por darnos un poco de verdad, de fuerza en la búsqueda de la coherencia y el sueño de la libertad….
    Un saludo y mucho ánimo

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  • Javier Brandoli

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    Te agradezco mucho tus palabras y que nos sigas. Yo cuento honestamente mi verdad, pero de verdad que no me siento ejemplo de nada, no lo soy. Huyo de los periodistas que se creen la esencia de la profesión. Con este artículo quería denunciar las miserias del periodismo, pero me daba vergïuenza hacerlo en primera persona. Es como decir, yo soy de los buenos, no como los vendidos que escriben al dictado. Me he negado siempre a escribir cosas que no fueran ciertas o modificadas por intereses de otros, nada más, como tantos que generalmente no son los que están arriba. Nada reseñable mi punto de vista. Los periodistas no somos la noticia ni el personaje. Son ellos, los que están fuera y sus vidas lo que debemos explicar. Mal o bien, intento explicar ahora África y sospecho que a veces me equivoco, seguro, por prejuicios o por falta de información, pero lo hago creyendo en lo que digo, en lo que interpreto y pensando que no es erróneo. Al menos, me equivoco yo, sin que nadie interfiera en mi visión.
    Rosa Estevez es un ejemplo de lo mismo, se lo vi hacer cuando trabajaba en el otro lado que es aún más difícil. Llevaba comunicación política y siguió ejerciendo el periodismo. Eso sí que es extraño.
    Besos y de nuevo gracias Gemma.

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  • JC

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    Un hombre que se viste por lo pies… Lo que pasa es que ahora va casi desnudo( q suerte!)
    Con los valores bien asentados, sean los que fuesen.Bien por contarlo.
    Allí la corrupción es más fácil, aquí hay que enmascararla con apuntes contables y sobres o bolsas de basura.

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  • Juancho

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    Hoy he leído algo que me viene al pelo para definirte, Brandoli: «Tiene un corazón tan grande que se llena enseguida». Mi admiración, y mi orgullo de conocerte

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  • Monica

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    Muy buen artículo Javier , ya te diré a finales lo del viaje pero en principio cuenta conmigo mi hermana no podrá ir

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  • Gloria Bárzana

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    Gracias a todos los periodistas que hacéis posible que veamos el mundo tal y como es. Yo no soy periodista, soy cientifica, y en mi mundo me enfrento cada día a los mismos problemas que contradicen la misma esencia de la profesión que ejercemos. Me alegra decir que VaP es la única revista que sigo asiduamente. Sois una luz en la oscuridad. Gracias Javier

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