El río es vida, la sangre del planeta fluye por sus cauces. Hay ríos glaciares, aguas tintadas en la cuenca del Amazonas, hay ríos que surcan valles imposibles en México. Algunos arrastran menos lírica y se tornan salvajes, otros cruzan desiertos para recordarnos que sin ellos sólo hay una muerte de arena. Los ríos cruzan manglares, selvas y montañas para llevarnos un mensaje: el mundo vive y bebe de ellos.
1.- Grijalva (Chiapas)
Atraviesa el cañón del Sumidero como quien se cuela en un desfile de gigantes. El río Grijalva acoge a buitres y cocodrilos, provocando la admiración del visitante que duda de si es mejor mirar a sus orillas o a las cumbres del desfiladero que se alza sobre ellos.
2.-Río Dulce (Guatemala)
Palmeras, garzas, monos, más palmeras, maleza enredada en las orillas, plantas acuáticas, chozas escondidas, y aún más palmeras. Navegué el Río Dulce saludando a pescadores que viven absortos en su paraíso acuático. Más allá, después de las palmeras, el viaje desemboca en el Mar Caribe.
3.-Zambeze (Zambia)
Un mundo primitivo gobierna el Zambeze. Los turistas navegan el río sintiéndose David Livingstone desde sus barcos con minibar, pero una canoa al pairo en estas aguas garantizaría el encuentro real con las manadas de hipopótamos o el estrépito de las Cataratas Victoria. El Zambeze es un lugar fascinante, mientras no haya que cruzarlo a nado.
A pocos kilómetros del Círculo Polar, sentí la soledad de los bosques, la magia del agua asomando un verde hipnótico entre la espuma de sus rápidos.
4.-Río Glaciar de Svartisen (Laponia, Noruega)
El agua helada de los glaciares protesta contra las rocas, las esculpe en su descenso. Cuando visité el Parque Nacional de Svartisen, a pocos kilómetros del Círculo Polar, sentí la soledad de los bosques, la magia del agua asomando un verde hipnótico entre la espuma de sus rápidos.
5.-Amazonas (Brasil)
Un mar que cruza selvas, un monstruo de agua dulce y tierra agreste. En el Amazonas todo es desproporcionado, con vocación de infinito. Aquí crecen los delfines rosas y las pirañas, aquí las casas flotan y las flores miden tres metros de diámetro, aquí desemboca el Río Negro, un gigante empequeñecido por el Solimoes, que es como llaman algunos indígenas al mayor río del mundo.
6.-Río Nuevo (Belice)
El Río Nuevo se podría considerar un arroyo comparado con el anterior, pero ¿qué puedo decir? Yo me dejé seducir por aquel trayecto atravesando manglares. Será tal vez por sus cocodrilos, sus jabirús, sus águilas pescadoras. Será porque hoy navegan sus aguas los menonitas o tal vez porque las pirámides mayas de sus orillas me recordaron que este río es más viejo que su nombre, que aquí siempre ha habido alguien vigilando.
7.-El Nilo (Sudán)
Este río es un milagro, una proeza de agua. Su paso provoca la reverencia del viajero que no acaba de entender como un río es capaz de abrirse paso en un territorio donde la sequía se burla del hombre y de las plantas. El Nilo es como un anciano que se resiste a morir, avanza despacio, sin más futuro que un Mar Mediterráneo, eterno.