Riders for health: africanas en motocicleta

La solidaridad con el Tercer Mundo presenta un riesgo: que su aplicación práctica sobre el terreno sea treta de aventureros para huir de las exigencias laborales y sociales del Primero. En África, la solidaridad oficial de los cooperantes blancos suele viajar en Toyota Land Cruiser.

La solidaridad con el Tercer Mundo presenta un riesgo: que su aplicación práctica sobre el terreno sea treta de aventureros para huir de las exigencias laborales y sociales del Primero. En África, la solidaridad oficial de los cooperantes blancos suele viajar en Toyota Land Cruiser. En, Malí, por ejemplo, uno de los países más pobres, las ONGs brotan como setas. A la entrada de cada pueblo se leen cárteles que publicitan las bondades de tal o cual organización. A las afueras de Bamako encuentro un anuncio de un proyecto de desarrollo de la República Bolivariana de Venezuela, como si Chávez no tuviera sus propios menesterosos de los que ocuparse.

Gran parte del dinero occidental se queda en los bolsillos de las oligarquías africanas. En muchos de estos paupérrimos países, los medicamentos y materiales sanitarios donados por gobiernos y entidades sin ánimo de lucro han de satisfacer impuestos de importación como si de objetos de lujo se tratase. Después del expolio burocrático, otra cuota considerable de los fondos es para salarios y gastos logísticos, sobre todo del personal foráneo. Los cooperantes  profesionales, ya sean europeos, japoneses o norteamericanos, acostumbran a cobrar sueldos de expatriado y son alojados en los mejores hoteles.

En África, la solidaridad oficial de los cooperantes blancos suele viajar en Toyota Land Cruiser.

El trabajador extranjero cualificado es muy caro en África. Sobre todo si se trata de auténticos profesionales con un compromiso real de permanencia. Los bienintencionados y generosos voluntarios que van a trabajar gratis et amore suelen carecer de una preparación adecuada para las labores que de verdad se necesitan. Y aún cuando algunos la tienen, como ocurre con los oftalmólogos que operan de cataratas a los africanos durante sus vacaciones, su estancia sobre el terreno resulta demasiado breve como para que su altruista esfuerzo llegue a transformar la realidad.

RIDERS FOR HEALTH

En la ONG inglesa Riders for Health, (www.riders.org), fundada por el ex piloto de motociclismo Randy Mamola, los aventureros blancos no tienen más cabida que como clientes de alguna de las excursiones en moto por África que organizan de vez en cuando para recaudar fondos. Y es que las motos son la auténtica esencia de Riders for Health. Son su origen, su motivo de existir y su modo de funcionamiento. Para ellos no son juguetes sino herramientas para llevar asistencia a donde otros no pueden, haciéndolo además del modo más rápido y barato posible.

El transporte es la gran asignatura pendiente de la solidaridad. De nada servirá que se descubra una vacuna contra el sida si luego no llega hasta quienes la necesitan. La mayoría de la población africana reside en comunidades rurales aisladas. Entre ellos y los centros de distribución hay cientos o miles de kilómetros de desierto, selva, montaña o bosque de matorral. En época de lluvias, las pistas sin asfaltar se convierten en barrizales que ni los 4X4 logran superar. Las ligeras motos de enduro pueden hacer este trabajo mejor que ningún otro vehículo y además por menos dinero.

La ecuación es simple. Con lo que cuesta un gran coche todo terreno, se pueden comprar diez pequeñas Honda de 200 centímetros cúbicos de muy sencillo mantenimiento. Riders for Health trabaja en esa línea en países tan necesitados como Gambia, Ghana, República Democrática de Congo, Uganda, Kenya, Tanzania o Zimbabwe.

LESOTHO

Lesotho, nación independiente desde 1968, está enclavada dentro del territorio de la gran República de Sudáfrica. Conocida como el Techo de África por su orografía montañosa, la mayoría de la población vive en comunidades realmente inaccesibles. Riders for Health tiene aquí un proyecto con más de doscientas motos. Hasta ahora lo ha financiado la Fundación Elton John, pero aseguran que pronto se acabará ese dinero y no saben si continuará.

En el Ministerio de Sanidad de Maseru tiene su oficina Mahali Hlasa, responsable nacional de Riders. Ella misma fue en su día conductora. Prefieren contratar mujeres como pilotos porque tienen muy pocos accidentes. No usan las motos para fines inadecuados, no se exhiben y conducen con mucha más prudencia. Una moto accidentada supone que el trabajo deja de hacerse y que hay que sumar un gasto más, el de la reparación.

Las conductoras viajan en grupos de tres. Nunca van solas. Estas pilotos acceden a las aldeas más remotas y a los poblados más recónditos con un cargamento de medicinas, vacunas e información sobre Sida, sexualidad e higiene. Como reiteran una y otra vez, la educación es una parte esencial de su labor. Asesoran a las madres primerizas, a los jefes de poblado y a los sanitarios inferiores. También recogen datos que se usarán en la elaboración de las políticas sanitarias.

La mujer indígena suele resultar la mejor solución a los graves problemas que sufre el continente.

Una vez en marcha, se revelan como estupendas motoristas. Demuestran un gran valor y una extraordinaria pericia. Pero no hay exhibición, solo eficacia. Éste es también un trabajo en equipo. Ellas conducen, Riders for Health aporta las motos, se encarga de su mantenimiento y del adiestramiento de los conductores, mientras que el Ministerio de Sanidad fija las directrices y las líneas de actuación generales, pero sobre todo respalda su actuación y les confiere autoridad oficial para realizar inspecciones en comercios y centros asistenciales.

En África, la mujer indígena suele resultar la mejor solución a los graves problemas que sufre el continente. Mientras no pocos hombres se entregan a la indolencia y la dipsomanía, las mujeres africanas son trabajadoras, sensatas y ahorrativas. Son ellas las que cuidan de amplísimas familias que incluyen ascendientes, descendientes y colaterales. Son ellas las que de verdad hacen funcionar las comunidades. Son ellas las que siempre logran rentabilizar los microcréditos. Ahora también son ellas las que pilotan esas motocicletas que han venido a iluminar el futuro de su castigada tierra.

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