De Cuernavaca a Sevilla: el rastro de Hernán Cortés
Por:
Ricardo Coarasa (fotos Reo)
En Cuernavaca huele a flor y a primavera y sus calles del centro histórico parecen dibujadas a pincel. Es una ciudad por la que duele pasar deprisa. Hernán Cortés sabía lo que se hacía cuando levantó aquí su residencia, el descanso del guerrero, otro espejismo al fin y al cabo, pues el conquistador de México sabía que era ya demasiado tarde para convertirse en un terrateniente sedentario.